no sé nada de ti:
tu amistad desapareció
como el las hojas que se lleva el viento.
¿Era acaso amistad, lo que ofrecías?
yo creo que no,
porque este sentimiento
es perenne,
como las rocas,
que permanecen en el mismo lugar,
aunque pasen mil años.
Desde hace tiempo
no me importa
tu retirada:
¿Quieres saber el porqué?
Pues porque me demostraste
que no merecías mi confianza.
No me importa
que te hayas ido
y ahora,
te pido un favor:
¡No vuelvas!