Hoy

 Hoy no es un día como cualquier otro: 

a pesar del virus que ha provocado la pandemia

seguimos vivos. 

Hoy respiramos

y todos tenemos la esperanza 

de que esto acabe pronto

a pesar de las restricciones y el toque de queda, 

a pesar de tener que reducir nuestro círculo de relaciones, 

hoy no es un día como cualquier otro. 

Hoy es un día especial

Hoy es un día especial
porque estoy respirando,
porque estoy viva,
porque puedo recordar
todos los buenos momentos
que he vivido.
Hoy es un día especial
porque estoy disfrutando
de cada segundo que pasa,
porque te tenga o no a mi lado
estás ahí.
Hoy es un día especial
porque puedo sentir cada instante
y la esperanza
está junto a mí.

Cuando no me encuentro bien

Cuando no me encuentro bien

respiro hondo

y pienso

en todo lo bueno que la vida me ha dado. 

Me siento mejor al recordar

mejores momentos.

Cuando no me encuentro bien

busco tu mano

para apoyarme...

solamente te pido que estés a mi lado.

Cuando no me encuentro bien

camino por la senda del destino

confiando

en que llegaré a donde me proponga ir. 

Cuando no me encuentro bien

espero, 

en definitiva, 

encontrarte a mi lado. 

Mi camino

Mi camino está lleno de curvas,
de montañas y valles
que tengo que atravesar.
Ahora estoy descendiendo por una colina
llena de piedras
con las que tropiezo al caminar.
Llego a una tierra desértica
formada por soledad,
sigo caminando
hasta llegar a la orilla del mar:
allí me encuentro con el amor y la amistad.
Las olas me traen vientos de paz
y con ellas atravieso un mundo
que me lleva
a mi bienestar.

Lloro

Ya no lloro
por añorar a quienes no están a mi lado,
o quienes se fueron de mi vida
para no volver...
ya no lloro.
No derramo ni una lágrima
por todos aquellos momentos perdidos
en el espacio y en el tiempo.
Lloro por esos instantes
 no vividos junto a ti.
Lloro porque cuando nuestro tiempo haya pasado
quizás no hayamos gozado el uno del otro
como realmente queremos.

Muchas veces

Muchas veces perdemos la mirada 

en el espacio y en el tiempo 

recordando momentos 

que pasaron. 

Muchas veces hablamos del ayer

sin prestar atención al hoy 

y sin dejar de pensar en el mañana. 

Muchas veces nos dejamos llevar

por la rabia contenida 

a causa de algo o de alguien...

Muchas veces nos dejamos la piel 

en el pasado 

sin permitirnos ser felices. 

Muchas veces soñamos con un futuro mejor

para nosotros y los nuestros

sin pensar

en lo que realmente importa: 

vivir cada momento

como si fuera el último.