escucho una voz en mi interior
que proviene del pasado:
es la tuya.
Son tus palabras,
aquellos consejos que me dabas.
Sin quererlo,
el día de mañana ha llegado
y las preocupaciones de las que me hablabas.
Sin quererlo,
el tiempo ha pasado,
las agujas del reloj
han dado mil vueltas
y hemos llegado
a este presente.