Recuerdo el ayer,
cuando éramos niños
y jugábamos
sin pensar en los problemas
de aquellos a quienes veíamos mayores.
¡Qué felices éramos!
Todo lo que nos preocupaba
era ganar en el juego.
Ha pasado el tiempo
y hemos dejado de ser niños...
hoy somos como aquellos adultos
que tenían sus problemas
en los que tenemos que pensar.
Recuerdo el ayer,
he viajado en el tiempo
y he sido casi tan feliz
como lo era entonces
hasta que me he despertado
y he vuelto a la realidad.
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