Volviste

Volviste después de muchos años
pidiendo una segunda oportunidad,
sin embargo,
las cosas habían cambiado
y aquel sentimiento que nos unió
había muerto.
Volviste, sí,
pero en el fondo
seguías teniendo miedo a amar
y no querías implicarte.
Mientras tanto,
yo ya no te esperaba,
preferí ignorar tu ruego,
seguir con mi vida
y pasar del olvido
a la esperanza
de algo nuevo
estaba por llegar
viviendo el hoy.

Recuerdos en el baúl de mi mente

Recuerdo, 

sin poder evitarlo, 

momentos de mi vida.

Algunos momentos agradables

otros, no tanto, 

momentos en que sucedieron cosas...

Quiero meterlas todas en el baúl de mi mente

y encerrar bajo llave las que me hicieron daño

olvidando

cada segundo que pasé sufriendo. 

Y quiero recordar las cosas bonitas 

que me sucedieron

y que hoy en día, 

me permiten relajarme

al recordarlas. 

Una llamada inesperada

Una llamada inesperada
me llena de tristeza
al saber que ya no estás entre nosotros.
Te fuiste,
haciendo mutis
en esta obra de teatro
que es la vida,
quizás habiendo soñado con un futuro mejor.
Pero tu presente era incierto...
No es la hora del adiós
sino la hora del hasta pronto:
tal vez volvamos a encontrarnos
en otra vida
donde quizás podrás ser enteramente feliz.

Lloro

Ya no lloro
por añorar a quienes no están a mi lado,
o quienes se fueron de mi vida
para no volver...
ya no lloro.
No derramo ni una lágrima
por todos aquellos momentos perdidos
en el espacio y en el tiempo.
Lloro por esos instantes
 no vividos junto a ti.
Lloro porque cuando nuestro tiempo haya pasado
quizás no hayamos gozado el uno del otro
como realmente queremos.

El paso del tiempo

Te conocí en el ayer
cuando todavía éramos unos chiquillos
pero ha pasado el tiempo
y hemos crecido.
Nos volvimos a encontrar
después de mucho tiempo de no vernos
y no volvimos a separarnos.
El paso del tiempo
ha dejado huella en nosotros,
nos ha llevado por caminos separados
hasta que nos ha unido en el espacio.
Ahora caminamos juntos,
desafiando
el paso del tiempo.

Recuerdo el ayer

Recuerdo el ayer,
cuando éramos niños
y jugábamos
sin pensar en los problemas
de aquellos a quienes veíamos mayores.
¡Qué felices éramos!
Todo lo que nos preocupaba
era ganar en el juego.
Ha pasado el tiempo
y hemos dejado de ser niños...
hoy somos como aquellos adultos
que tenían sus problemas
en los que tenemos que pensar.
Recuerdo el ayer,
he viajado en el tiempo
y he sido casi tan feliz
como lo era entonces
hasta que me he despertado
y he vuelto a la realidad.