y contemplo los años transcurridos
me doy cuenta
de los momentos de lucha y también de paz
que he vivido.
He caminado por diferentes senderos
hasta llegar al lugar al que he llegado.
He roto varios zapatos a lo largo de la caminata
y he aprendido diversas lecciones.
La lección más importante ha sido
saber que, a pesar de todo,
ha valido la pena vivir esos instantes
que me han llevado de la mano
hasta el presente.
Cuando miro hacia atrás,
recuerdo que éramos niños
sonriendo al futuro,
confiados,
sin saber que algún día
nos reiríamos
de algunos momentos del pasado.