Cuando miro hacia atrás
en el tiempo
y veo cómo se mueven
las manecillas del reloj
pienso en todo lo que ha ocurrido
con el paso de los años.
Inocentemente, ellas van marcando su ritmo
invariable,
haciéndonos pensar en el pasado,
en el presente y en el futuro...
La esperanza nos lleva de la mano
mientras soñamos con mejorar nuestro destino,
porque no está escrito:
día a día tomamos
aquellas decisiones
que pueden cambiarlo
a pesar de lo que puedan decir las predicciones
de la numerología, las runas o el tarot.
Nosotros cambiamos nuestra vida
con cada paso que damos
mientras un tic-tac invisible
marca nuestro camino.