Levanto mi copa
llena de esperanzas
por todas nosotras:
para que nuestros derechos
no sean pisoteados,
para que nuestras manos no estén atadas.
Levanto mi copa
y brindo por todas las mujeres que han luchado
para que hoy podamos ser libres
y vivir como queramos.
Levanto mi copa
y levanto la voz para decir:
hombres y mujeres somos esencialmente iguales,
formados de la misma materia.
Levanto mi copa
para decir basta a las injusticias
y para, en definitiva,
bebernos en un sorbo la vida.
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