y con él, los recuerdos:
me veo a mí misma
sentada en un sillón,
leyendo
fentre al crepitar del fuego
de una vieja chimenea.
Me veo a mí misma
mirando a través de una ventana...
y te veo a ti.
Veo tu silueta a través del cristal,
como si fuera ahora mismo.
Te veo
y te recuerdo sonriendo,
cantando,
llamándome con aquella alegría
que hoy
yace dormida en mi memoria.