las Ramblas se han ido llenando
nuevamente de vida:
aunque siguen los llantos,
están ahogados por un grito de valentía.
Los paseos por las Ramblas
se llenan de fuerza y coraje.
Sin dejar de mirar atrás,
vemos un camino hacia adelante:
el futuro se ensalza de vida
sobre el pavimento mojado de lágrimas
que están quedando en el pasado.