de pie, descalza,
miro hacia el horizonte
intentando ver más allá:
mi mirada no logra alcanzar
a ver qué hay al otro lado,
solamente las aguas azuladas
me permiten imaginarlo.
Camino a lo largo de la playa
dejando que las olas mojen mis pies:
el agua está fría
y siento que acaricia mis sentidos.
Estoy con el mar como única compañía
y las olas me acompañan a cada paso que doy.
Cierro los ojos
y recuerdo todos los momentos que hemos compartido:
sé que estás conmigo,
noto tu presencia,
pues puedo verte en mi mente.
Desde la orilla del mar,
de pie, descalza,
miro al frente
soñando despierta
con volverte a ver algún día.