y cae la noche
miro al cielo para ver las estrellas:
la más brillante es la tuya,
la que tú has elegido
para observar desde arriba.
¡Sé que estás ahí!
En alguna parte,
tu alma reluce como esa estrella,
mientras sigues el camino
de tu evolución
hacia, posiblemente, una nueva vida.
Cuando oscurece,
cierro los ojos y apareces ante mí:
no eres un recuerdo
sino una presencia.
Estás a mi lado
y yo me siento cómoda y protegida.
Cuando oscurece,
tu alma me transmite esperanza.