Déjate llevar por la tristeza,
por el llanto,
deja que todo fluya en ti.
Déjate llevar
hasta donde tu mente quiera llevarte
aunque sea a la zona más oscura.
A veces hay que enfrentarse
a las olas tenebrosas de nuestro cerebro
y dejar fluir la tormenta
hasta que, por fin, llega la calma
que nos lleva
a un momento de felicidad.
No pasa nada por estar triste
así que déjate llevar.