Con la oscuridad llega la noche,
la ciudad se ilumina
de los colores de la navidad
el silencio se adueña de las calles
ya desiertas
y a lo lejos,
en lo más alto se distingue el castillo iluminado.
Entrada la noche,
entre el silencio y la soledad
hay que salir a la calle...
el miedo se apodera de la gente
que camina deprisa
para dejar sus pasos atrás.
Entrada la noche
surgen las dudas
entre las blancas sábanas del lecho
y no sabemos hasta qué punto
estamos confusos
mientras consultamos con la almohada.
Por fin, llega la claridad del día
y todo parece ponerse en su lugar:
El miedo desaparece,
el bullicio vuelve a las calles
y la confusión da paso a la cordura
sin querer recordar
todo lo ocurrido
bien entrada la noche.