a causa de la tormenta
que hay al otro lado de la ventana.
Es una noche fría, de invierno,
afuera caen los copos de nieve
mientras un manto negro cubre la ciudad.
No hay ninguna luz en la montaña,
que presume de soledad en su quietud.
Yo estoy dentro de una pequeña cabaña,
contemplando la tormenta
desde una pequeña sala de estar,
sentada en una silla desvencijada
frente al fuego que arde en la chimenea.
Es una noche fría de invierno,
al lado de un árbol
con adornos navideños
y sin música de villancicos
que antaño cantaban las familias
alrededor de una mesa
llena de regalos.