Con ganas de vivir,
haciendo lo que se supone
se debe hacer,
siempre hacia adelante,
sintiendo un sinfín de emociones
que habitan en el fondo de mi corazón
y que afloran a la superficie,
imaginando
que muchas de ellas
son tan reales
como las vividas en primera persona.
Emociones intensas,
mías y de otras personas
que comparten sus vivencias.
Emociones que no dejan paso al llanto
ni tampoco al olvido.