El cielo está triste
y la lluvia cae incesante
sobre nuestras cabezas,
no hay tormenta,
no hay furia,
solamente un frío glacial
que anticipa la navidad.
Mientras tanto,
las luces encendidas
brillan en la oscuridad de la noche
y la alegría vuelve a las calles.
Llegan las fiestas,
se abren las puertas de nuestros corazones
para que todos podamos disfrutar
a pesar de haber pasado
un día gris.