Se acercan las fiestas,
mientras la niebla se adueña
de la ciudad.
El frío es intenso
y desde casa,
a través de los cristales
vemos pasar lo que queda del año
mientras el tiempo nos acerca
a la navidad.
Mágica para los niños,
pero para algunos adultos
tan efímera
que cuando se termina
nos deja un regusto agridulce
entre las reuniones familiares
y las ausencias
de quienes ya se fueron
para no volver jamás.
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