A veces

A veces escucho el silencio,
oigo sus palabras
que me susurran al oído.
A veces escucho el silencio,
llega con los recuerdos
que han quedado en mi interior escondidos,
a veces escucho el sonido del viento
que me trae palabras
que no quisiera escuchar.

Nacidas del corazón

Las palabras se acercan

pero es difícil escucharlas en la mente

cuando trato de plasmarlas en el papel.

Las oigo venir,

las siento cerca,

mas cuando estoy a punto de escribirlas

se alejan cada vez más.

Intento escribir un poema

pero las palabras que se quedan

son aquellas que tú me dijiste aquel día,

son aquel primer “te quiero”

preludio de un beso

y de una vida en común.

Aquellas palabras están quietas en mi memoria,

son palabras inamovibles, como rocas,

sobre las que hemos contruido nuestra convivencia.

Son las únicas que he podido plasmar

En el intento de escribir un poema:

Son palabras nacidas del corazón.

Cuando las palabras hieren

Cuando las palabras hieren

el reloj se detiene,

el corazón late deprisa

y los ojos se humedecen.

Cuando las palabras hieren,

la cabeza piensa rápidamente

para buscar una respuesta

que no siempre se encuentra.

Cuando las palabras hieren,

las noches pasan lentas,

el llanto surge de la nada

y el momento se hace interminable.

Cuando las palabras hieren,

lo hacen porque me importa

de quien ellas vienen.

Pero cuando las palabras hieren

a veces encontramos la defensa,

para que no lleguen adentro,

buscamos la manera

de deshacernos de ellas

y echarlas fuera.  

Brinda conmigo

Brinda conmigo,
Une tu copa a la mía
Y brindemos por el futuro.
...
Brinda conmigo para recordar
Viejos tiempos,
Recordemos paso a paso
Nuestras alegrías y nuestras tristezas.

Brinda conmigo y no pensemos ahora en el ayer,
Pensemos en el hoy,
Disfrutemos nuestro presente
Mientras bebemos el néctar
De la sabiduría.

Brinda conmigo ahora
Para sentirte vivo
Y disfruta de estos momentos
En los que te espera la vida.

Tu llamada

Estando delante de mi ordenador

Recibí tu llamada:

Estabas triste y amargada

Por lo que estabas pasando.

Habías roto con tu novio

y me decías

que no querías volver con él,

que le habías conocido a fondo

y no te había gustado.

Me decías

Que no te gustaba las cosas que hacía,

Ni como se comportaba contigo,

Ni como vivía su vida.

Llorabas por él sabiendo que no es tu hombre,

Que no querías estar a su lado,

Sin embargo,

Al cabo de unos días

Volviste con él.

Y ahora yo te pregunto:

¿Qué estás haciedo al lado de un hombre

Que no te quiere como mereces?

Sé que no hay respuesta,

Que lo amas y no quieres perderlo,

Pero también sé

Que seguirás estando triste

Porque él no sabe quererte.

Sé que no admitirás consejos

Porque lo que sientes

Es superior a lo que quieres hacer…

Cuando llegue el momento

En que él te deje

Recuerda

Que estaré esperando tu llamada

Para ayudarte a superarlo. 

Dame tu mano

Dame tu mano

Y déjate llevar por otro camino

Que el que te has trazado.

Dame tu mano

Y yo te atraeré al lugar

Donde necesitas estar.

Dame tu mano

Y poco a poco entenderás

Que hay que caminar despacio

Para llegar a tu destino.

Dame tu mano

Y llegarás sin tropiezos a tu meta.

Dame tu mano

Y no tendrás que reparar en las piedras

Que dejas atrás.

Simplemente dame tu mano

Y déjate llevar…

Pero si lo haces

No aprenderás a subir ni a bajar cuestas,

Ni te encontrarás con obstáculos

Que tendrás que superar.

Ahora elige tú si quieres darme la mano.

Cuando mis ojos miran al frente

Cuando mis ojos miran al frente

Me veo a mí misma en el futuro

Saliendo adelante

Sin malestar

Y sin miedo.

Cuando mis ojos miran al frente

Veo a las personas que quiero

Siempre a mi lado.

Cuando mis ojos miran al frente

Te  veo a ti, junto a mí,

Caminando cogidos de la mano,

Pensando que siempre estaremos juntos.

Cuando mis ojos miran al frente

Me alegro de mirar hacia atrás

Y no convertirme en estatua de sal,

Me alegro de mirar hacia atrás,

ver el lugar a donde he llegado

y de estar a tu lado.